Philippe Halsman. Lampo di genio

Se exponen más de un centenar de imágenes en varios formatos, entre color y blanco y negro, que abarcan toda su carrera, seleccionadas por Contrasto y el Archivo Halsman de Nueva York.
La exposición, concebida y comisariada por Alessandra Mauro, presenta por primera vez en Italia una gran muestra individual dedicada a uno de los fotógrafos más importantes del siglo XX, Philippe Halsman.
Nacido en Riga (Letonia) en 1906, Halsman comenzó su carrera como fotógrafo en los años veinte y se hizo famoso en París en los treinta, trabajando para revistas como "Vogue" y "Vu". En la década de 1940, consiguió un visado para Estados Unidos gracias a la amistad de Albert Einstein y, una vez aterrizado en Nueva York, su reputación como gran retratista se consolidó aún más. En su larga carrera como retratista, Halsman firmó 101 portadas de la revista "Life", un récord indiscutible. Desde colaboraciones con grandes publicaciones hasta intensos retratos para el mundo del espectáculo de Hollywood, Halsman ha creado un género y un estilo únicos y revolucionarios. Sus fotografías son el resultado de una creatividad volcánica y de las sinergias que surgen del encuentro con grandes e ilustres amigos, entre ellos, el más loco de todos, Salvador Dalí, con quien crea una extraordinaria serie de imágenes surrealistas y surrealistas. Todas ellas se prestan al "juego" de Halsman, la dulce tortura de ser fotografiado en un estudio, con luces, telón de fondo y engorrosas maquinarias. Halsman también inventa un método para divertir y sorprender a sus sujetos: les hace saltar delante del objetivo. Así nació la "jumpología", un juego con el que consiguió hacer saltar desde Marilyn Monroe hasta los duques de Windsor, inaugurando toda una nueva forma de hacer fotos.
Esta primera retrospectiva italiana celebra su obra con una serie de imágenes extraordinarias, creadas con ironía y profunda ligereza. Las imágenes se acompañan de documentación seleccionada, como portadas de "Life", especímenes, testimonios de época y fragmentos de películas, para recordar a este gran intérprete de la fotografía y ofrecer al mismo tiempo una original reflexión sobre el retrato fotográfico, su génesis y su particularidad. Una ocasión única para entrar en contacto con sus grandes creaciones, para comprender cuál es la clave creativa de sus imágenes: a medio camino entre el documento y la invención, como es tradición en los grandes retratistas a los que se les pide que interpreten al sujeto haciéndole emerger, o escondiéndose, tras su personaje aun a costa de inventar una forma particular y muy personal de documento fotográfico. Foto tras foto en la exposición, uno se adentra en el universo de Halsman, en un juego visual entre el fotógrafo, la personalidad a retratar y el espectador. En palabras de Halsman: "El resultado final es otra superficie en la que penetrar, esta vez a través de la sensibilidad del espectador. A él le corresponde descifrar la escurridiza ecuación entre la hoja de papel fotográfico y la profundidad del ser humano". A través de las imágenes del fotógrafo, reconstruimos los rostros de la cultura y el espectáculo del siglo XX.